miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz Fin 2008

Quedan pocas horas para despedir un hermoso año, repleto de experiencias y emociones inolvidables. Lo que comenzó con una gran lucha emocional, pronto terminará con una maleta llena de mil cosas que jamás volverán a ser las mismas. Las interminables horas de planificación, de angustia, de expectación dan cabida hoy a otras emociones que aún me confunden, pero que también me llenan de más vitalidad, de más ganas de vencer lo invencible.
Muchas cosas he cambiado por el placer de cumplir mis sueños, de mostrar a mis hijos lo mucho que podemos hacer cuando de verdad lo deseamos. Mucho me he demostrado a mi misma en este año, mucho he dejado atrás y mucho no puedo dejar de anhelar. Hay grandes heridas en mi corazón, que con angustia y dolor espero sanen. A quedado un vacío en mi alma que solo una persona puede llenar y a veces debo tratar de aceptar que fui yo misma quien creo la primera distancia, como salida a algo que parecía no tenerla.
Doy mil gracias a Dios y a mi Virgencita de Luján, porque siempre confié en ellos. A mis seres queridos que me acompañaron con el alma y el pensamiento. A mis amigos y compañeros, por hacerme sentir una persona importante para ellos. A la gente que no nos conocía y nos tendió la más sincera de las manos de ayuda, demostrándonos que se puede confiar aún en los desconocidos. A los que fueron nuestros angeles de la guarda en el camino, por que nos permitieron seguir. A todos los que de una u otra forma fueron partícipes de Rosaventura, con un simple sello en un papel, por recibirnos en los hoteles, por acompañarnos en la balsa, por indicarnos el camino. A las nuevas familias que nos dieron cobijo en sus casas. A los que nos saludaron en la ruta, los que nos fotografiaron, los que escribieron en el blog. Los que se rieron al vernos y los que nos felicitaron y hasta los que nos dijeron que estábamos locos. Todos formaron un vínculo inigualable en nuestros corazones y nuestras vidas. Nos dieron aliento y energía, nos enseñaron a confiar. A los que rezaron y oraron por nosotros y nuestro bienestar, que sin conocernos nos dieron la mejor de las bendiciones.
A mi hermano, gruñon y cascarrabias, por que fue el que más me alentó a cumplir mi sueño y que no se si sabe, que cada kilómetro que recorrí lo hice junto a él en mi corazón.
A mi sobrino, mi primer hijo, bendición de Dios que me acompañaste y diste fortaleza a mis temores, a mi flaqueza. A pesar de su corta edad, su madurez y aplomo fue un bálsamo para mi y mis hijos. Espero contar contigo otra vez para seguir los caminos de la ruta desconocida.
A mi esposo, que estoy segura no sabe con cuanto dolor le dije adiós, que el resultado de esta separación está en sus manos. Que las promesas que nos hicimos hace 15 años aún esperan por cumplirse, que sus hijos esperan al padre maravilloso que puede ser. Y aunque no quisiste compartir esta maravillosa aventura, te esperamos con amor.
Alguien me dijo hace unos días, que no despida este año diciendo “Al fin terminó” y en honor a la verdad, me duele despedir un año que ha traído a mi vida tantas alegrías, y las tristezas que haya vivido, son solo la prueba de que puedo superar los obstáculos que en ella se atraviesan.
A todos los que han pasado por estas letras, les deseo el mejor Fin de Año, no pensemos nunca que ha sido malo, tan solo ha sido otra experiencia más, y las cosas malas que hallamos tenido confirman que luego han llegado las cosas buenas para atesorar en nuestros recuerdos.
FELIZ FIN 2008

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