domingo, 16 de diciembre de 2012

Saliendo de Campo Grande


DIA: MARTES  09-09-2008
TRAYECTO:  CAMPO GRANDE - GUAIRA
HORA SALIDA: 8:45 AM
KMS. RECORRIDOS: 550 kms.
TIEMPO: SOLEADO
CARRETERA: BUENA



Campo Grande, como bien su nombre lo indica….  “ES GRANDE”, nos asustaba de solo pensarlo, habiéndolo visto de lejos. La inmensidad de las luces que delimitaban una gran gran ciudad, como estrellitas en el cielo, solo que en el suelo. Al despertar un nuevo día y después de haber salvado el único obstáculo serio con Rosaguiver, con 16 días de viaje por tierra desconocida, nos encontrábamos sin dinero brasilero para continuar. En el hotel que estábamos no nos querían cambiar, pero amablemente el encargado nos hizo un mapa para llegar a una casa de cambio. Teníamos que entrar a la ciudad y eso me aterraba, perdernos dentro y luego perder horas de viaje. Ya que cada tramo representaba seguridad si cumplíamos con esa meta. Más sin dinero tampoco podíamos continuar, así que fuimos. El lugar no quedaba lejos y tampoco era muy dentro de la ciudad. Igualmente tuvimos que perder varias horas, pues el sitio no estaba abierto. Era un centro comercial inmenso con un Carrefour más inmenso aún, aprovechamos para curiosear, tomar una milk shake, jeje y sacar unas cuantas fotos.
Nosotros si que somos malos turistas, aunque tenemos infinidad de fotos, muchas las perdimos de tomar por estar con la boca abierta, asombrados de lo que veíamos. Todo está en la memoria de cada uno de nosotros, como la experiencia más loca que hasta el momento hemos tenido. Cada día vivido de viaje tenía su nota alegre, sus risas, peleas entre los chicos, discusiones de quien tenía razón y su nota nostálgica. Por los que no podían estar con nosotros, por los que dejamos atrás, por que sabíamos que ya pronto la aventura terminaría.
Ya con el dinero y las ganas de seguir, compramos algo en el super para comer mientras viajábamos, para no perder tiempo y adelantar kilómetros. Como en cada lugar del que partíamos, llenábamos el tanque de gasolina y comprábamos bebidas y hielo, las estaciones de servicio eran el sitio donde la gente se asombraba de nuestra travesía y nos llenaban de halagos, nos tomaban fotos, copiaban el sitio del blog y nos daban ánimos para seguir. Esta historia no sería lo que fue, sin el cariño de la gente, sin las bromas y hasta los envidiosos que seguro nos decían que estábamos locos.
  Lo que fue un rico almuerzo rodante, claro que no podía faltar un contra, que siempre fue Martín. Si todos estábamos de acuerdo, él no. Así que trompudo el se aguantó las ganas de comer. El paisaje comenzaba a cambiar, ahora veíamos más verde en el camino, cuando siempre era el amarillo del pasto seco. El viento, la carga de Rosaguiver, la responsabilidad de cuatro vidas y los camiones fueron el reto más grande en mi experiencia como  chofer. Se que los chicos disfrutaron del viaje, cada uno a su manera. A veces aburridos y apretados, nostálgicos y peleadores. Los contra de Martín, la seriedad de Aníbal como el hombre del grupo a pesar de sus 18 años y el silencio a veces demasiado extenso y la cara triste de Moni. Pero para mi, era la conjunción de muchas cosas. El vencer mis complejos de timidez, demostrarme fortaleza, disfrutar de una aventura, y la compenetración que tengo con Rosaguiver y mi amor por manejar. Saber que había dejado toda mi vida atrás, lo seguro y conocido, que ahora solo tenía todo lo que iba dentro del auto como pertenencias terrenales y comenzar una nueva vida. 
Ver fotossss

Retomando el Blog


Hoy por hoy, han pasado 4 años desde que dejé de publicar las partes de la travesía con la que comencé este Blog. Seguramente se preguntarán en que terminó, probablemente las conjeturas son muchas y pensarán que quedó en el olvido o que la suerte y la vida me dieron cosas mejores que esto y que ya no valía la pena seguir publicando. Nadie imagina que la verdad es muy distinta; y que la aventura nunca terminó. Solo se transformó en otras luchas, en muchos obstáculos, en un constante sentir de si me quedo, si me adapto o si podré lograr sentirme feliz con la decisión que no puedo echar atrás ahora.
Ni yo misma creí que las cosas cambiarían de esta forma para mi y se que continuar la historia es a pesar de la alegría que me causó. Un sentimiento de añoranza que me arranca lágrimas, cuestionándome si todo valió la pena. Pero debo superarlo y plasmarlo, muchas cosas ya se han esfumado de nuestros recuerdos y se hace cada vez más difícil mantenerlo presente. Y lo que menos deseo es que los chicos olviden lo que aprendieron, lo que disfrutaron y vivieron.
Por eso trataré de continuarlo, como lo recuerdo y con la ayuda de los recuerdos de los chicos seguiré escribiendo.
Continuemos el viaje...............