martes, 21 de octubre de 2008

Rodar y Rodar



DIA: JUEVES 04-09-2008
TRAYECTO: PORTO VELHO - CACOAL
HORA SALIDA: 8:35 AM
KMS. RECORRIDOS: 496 kms.
TIEMPO: SOLEADO Y CALUROSO, VIENTO CRUZADO
CARRETERA: 80% BUENA,
20% EMPARCHADA



En esta tercera etapa de nuestro viaje, mejoró muchísimo la carretera. Ya no veríamos más tramos de tierra o con inmensos huecos, pero estos fueron suplantados por los vientos fuertes, los caminos de sierra y la cantidad innumerables de camiones y camiones que pasamos y nos pasaron, en ambos sentidos en los siguientes 2800 kms de ruta que nos precedían.
Adoptamos una rutina de actitud y viaje, que todos respetábamos y hacíamos con alegría y entusiasmo. Al llegar a cada ciudad que previamente habíamos marcado en nuestro itinerario a realizar por día. Era localizar un hotel cerca de la ruta, pero que tuviera las necesidades que nosotros queríamos. Como, estar juntos los 4 en una sola habitación, tener Internet, garage y comida cerca. Y por supuesto que fuera económico dentro de lo respetable. No sé si teníamos suerte o algo supremo nos guiaba siempre a lograr estas metas. Nunca tuvimos que preocuparnos mucho o dar muchas vueltas hasta encontrar lo necesitado. Cada llegada a los hoteles era una fiesta particular, quien iba primero a la ducha, quien usaba primero la laptop, que comeríamos. Aparte de respirar hondo y decir, hemos logrado otro tramo más sin contratiempos, mi tranquilidad de tenerlos a todos sanos y salvos, era mi mejor descanso.
Quizá por sentirme responsable de la vida de todos, manejé la mayor parte del tiempo. Aníbal también contribuyó, pero el solo traerlo conmigo, me daba más fuerza y confianza. Partíamos lo más temprano que podíamos para aprovechar las mejores horas, por lo que siempre arrancaba yo y dejaba que los chicos durmieran. Después del mediodía y si la ruta se veía tranquila, le pasaba el volante a Aníbal para yo relajarme un poco.
No en todas las ciudades que llegábamos teníamos oportunidad de salir a conocer, más que nada era descansar. Al llegar a Cacoal, que fue realmente temprano, hasta en la piscina pudieron los chicos echarse un chapuzón y luego caminando fuimos a cenar, mirar tiendas y charlas con la gente.
Muchos en Venezuela, mis amigos y familiares, nos preguntaban como hacíamos con el idioma. Puedo asegurarles que fue más fácil de lo que pensamos, así como divertido y placentero. Aprendimos rápidamente a comunicarnos y hasta charlar, hacernos entender y reírnos con los chistes de la gente. Obviamente, Rosaguiver marcaba la pauta donde fuera que llegáramos, la gente siempre se acercó con amabilidad y respeto a pedirnos permiso para fotografiarnos o filmarnos. Y a su vez conocer la historia que marcaba nuestro viaje. En la ruta nos pitaban y nos saludaban dándonos ánimo. Fue siempre muy alentador saber que estábamos apoyados y cuidados.
Tampoco todo siempre fue rosas, dentro del espacio reducido en el que día a día recorríamos kilómetros tras kilómetros, se presentaron peleas y discusiones entre los chicos, alguna que otra vez se enojaban y hacían caprichos. Más que nada Martín se ponía difícil y enojado se quedaba dormido. En cambio Mónica tenía días de mutismo total y melancolía. Aníbal siempre estuvo de buen humor y conversador, nos entreteníamos charlando miles de cosas.
Otro día más de viaje tranquilo y un buen lugar donde pernoctar con comodidad.

No hay comentarios: